Estrategias de coordinación - Módulo 5

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Course: Prevención del absentismo y el fracaso escolar en alumnos con TEA: Mejorando la transición de la escuela primaria a la secundaria
Book: Estrategias de coordinación - Módulo 5
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Date: Sunday, 24 November 2024, 7:49 AM

1. PROCESO DE TRANSICIÓN CENTRADO EN EL ALUMNO Y LA FAMILIA

La transición de la escuela primaria a la secundaria es un hecho importante que puede repercutir en el desarrollo educativo y psicológico de los niños (Rice, Frederickson y Seymour, 2010). 

El paso de los alumnos de la escuela primaria a la secundaria suele coincidir con el inicio de la adolescencia. Es una época de cambios considerables en términos sociales, estructurales y académicos, a los que se espera que los jóvenes se adapten rápidamente. Este no es el caso especialmente para los jóvenes con autismo. Los niños con autismo sienten que su cuerpo cambia y no entienden por qué. 

Como señalaron Tissot y Evans (2006) en su estudio, la transición puede ser un momento muy estresante para algunas familias, a los que les preocupa que una transición inadecuada pueda tener repercusiones en el futuro de su hijo.



1.1. Retos de las familias en la transición de la escuela primaria a la secundaria

La transición de la escuela primaria a la secundaria puede ser un reto para muchos estudiantes, así como para sus familias. La adolescencia es un periodo de desarrollo físico e intelectual que puede despertar sentimientos difíciles de entender para los niños y de tratar para sus familias. Según O'Halloran (2010) y Hargreaves et al. (1996, citado en O'Brien, 2003) existe una triple transición simultánea:

  • el traslado de una escuela a otra, a veces en un lugar geográfico diferente;
  • el paso de un grupo de amigos a otros nuevos;
  • el paso de la infancia a la adolescencia.

Este periodo de transición es aún más difícil para los niños con autismo y, por consiguiente, para sus padres. Muchos de los retos a los que se enfrentan los niños son sobrevalorados por sus padres. Sin embargo, es probable que los resultados varíen en función de los puntos fuertes y las dificultades específicas de los niños (Maras y Aveling, 2006).

La adaptación a los cambios hace que los niños con autismo tengan más dificultades para afrontar los retos sociales de una transición a un nuevo colegio:

  • Un edificio diferente, posiblemente más grande que la escuela primaria, lejos de su casa;
  • Quizás la necesidad de utilizar el transporte público;
  • Muchas aulas en lugar de solo una.

Los niños del espectro autista tendrán que aprender dónde están los diferentes servicios escolares a disposición del alumnado (reprografía, bar/comedor, secretaría, biblioteca) y, sobre todo, cómo utilizar estos servicios.

En la nueva escuela tendrán que:

  • ver más clases;
  • adaptarse a las nuevas rutinas, los horarios diarios y semanales;
  • conocer al nuevo equipo docente y sus diferentes enfoques, nuevos amigos, y conocer a un número mayor de estudiantes;
  • hacer nuevas amistades;
  • comprender las nuevas reglas y normas.

Desde la primera infancia puede existir un fuerte vínculo entre la madre/padre y el niño. Los autores de los años 50 del siglo pasado, Wing, L., Gould, J., Frith, U., y más tarde Jordan, R., señalaron en sus estudios que los profesionales y los padres deben coordinarse en el proceso de educación del niño. Sus estudios pioneros pusieron de relieve que ésta es una verdad incuestionable.

Si existe una buena relación entre los niños, su familia y los profesionales, los retos a los que se enfrentan los menores pueden verse positivamente por la familia, que tendrá más confianza para afrontar la transición.

1.2. Necesidades y expectativas del alumnado/familia en el proceso de inclusión escolar

La felicidad de los niños y niñas es de suma importancia para los padres. Esta es una de las razones por las que los progenitores siempre se preocupan por sus necesidades y expectativas en la transición de la escuela primaria a la secundaria.

Hay varios estudios que consideran las diferentes necesidades y expectativas hacia el nuevo centro escolar desde los diferentes puntos de vista del alumno con autismo, la familia, los profesores y el resto de alumnos.

Según la familia, el proceso de inclusión debe comenzar pronto, durante el último curso de primaria, para que el alumno pueda tener acceso a un paquete completo de apoyo en la transición. Esto reducirá la incertidumbre sobre el nuevo centro y minimizará la ansiedad de los niños.

Es importante que la familia equilibre las prioridades de inclusión social frente a los logros académicos para ayudar a las dificultades sociales y emocionales de los niños cuando asisten a la escuela secundaria. Por encima de todo, deben “encajar”, "formar parte del mundo real" y seguir el ritmo de sus iguales, aunque a veces esto no sea posible. La expectativa de que un niño con TEA académicamente competente pueda desenvolverse en la escuela no siempre se cumple, ya que su condición puede interferir con el aprendizaje (Humphrey & Lewis, 2008).

Las familias y la escuela pueden tener percepciones diferentes sobre el rol de la escuela en el proceso de transición. En algunos casos, los padres desean contar con apoyo especializado para su hijo en un centro no especializado. Esta situación puede crear problemas en la relación entre las familias y el profesorado debido a la frustración de los padres por el incumplimiento de sus expectativas.

La ansiedad de las familias puede surgir principalmente por dos aspectos diferentes en el proceso de transición. En primer lugar, pueden temer que sus hijos no estén contentos en el nuevo centro escolar y, en segundo lugar, que la transición no se desarrolle adecuadamente.

Hay algunos métodos que pueden favorecer la transición, como la información escrita, las fotos y los vídeos. Sin embargo, algunas escuelas carecen de los recursos y la formación necesarias para atender las necesidades de su alumnado.

El diálogo con los padres y los cuidadores pueden determinar los materiales / recursos especiales que pueden ser creados para los niños con autismo.

Es importante compartir y dialogar con los alumnos con autismo, los motivos del cambio de colegio de una forma adecuada a su nivel de desarrollo. Aunque no entiendan o aprecien las razones del cambio de colegio, les gustará saber los potenciales aspectos positivos de asistir a un colegio diferente.

Empezar un nuevo centro escolar es estresante para cualquier persona, pero una cuidadosa preparación y anticipación es la clave del éxito. Crear previsibilidad sobre la jornada escolar reducirá la ansiedad y el miedo.

Habrá que afrontar nuevos retos en una nueva escuela, pero un sistema de apoyo sólido y unas estrategias de afrontamiento adecuadas harán más fácil la transición.


1.3. Proceso de transición centrado en la familia

Un proceso centrado en la familia y el niño debe ser la base para el desarrollo de los servicios de apoyo. Todo el proceso debe desarrollarse en torno a las necesidades de la familia y los niños, sus puntos fuertes, expectativas, derechos, y deseos.

El proceso de transición centrado en la familia ayuda a ésta y al niño a crear nuevas conexiones y oportunidades en sus vidas.

Es importante reconocer y valorar la experiencia y los conocimientos de la familia, considerándoles como uno de los principales agentes en el proceso educativo, e incorporar todo esto en las estrategias del proceso de transición para hacer elecciones, establecer objetivos y tomar decisiones para alcanzar los mismos. Así, la familia debe tener una participación activa en el desarrollo de un plan individual para el alumno.

Un aspecto esencial de este modelo es que la familia sienta que puede tener control sobre los acontecimientos de la vida del alumno.

El modelo centrado en la familia se ha relacionado con la mejora de los resultados de los padres y los niños, aunque su aplicación puede suponer un reto para la familia, los profesionales, la organización, y el sistema en sí y sus reglas.

Para la elaboración del plan de transición centrado en la familia es fundamental:

  • conocer y analizar las expectativas, percepciones y sentimientos de los alumnos sobre la transición;
  • satisfacer las expectativas, y las preocupaciones de los padres/tutores en relación con las transiciones de los alumnos;
  • definir el rol de los profesores de la escuela primaria y secundaria, así como el del alumno y familia en el proceso de transición; apoyar los diferentes roles para construcción de itinerarios coordinados que lleven al objetivo de enriquecer las experiencias y el éxito educativo.

1.4. El papel de los familiares en el proceso de transición

El papel de cada miembro de la familia es diferente, como en una obra de teatro, pero toda la familia puede tener inquietudes sobre el diagnóstico del niño con autismo o sobre cómo pueden ayudarle. Es muy útil hablar con los profesionales de la salud u otros profesionales que trabajan con el niño.

  • Los padres desempeñan un papel fundamental en el proceso de transición de sus hijos; a menudo colaboran estrechamente con otros profesionales, ya sean los profesores u otros miembros del personal escolar, en el plan de apoyo individualizado (PAI).
  • Los abuelos también muestran un gran apoyo a sus nietos con autismo, y ellos también pueden ayudar: dando apoyo social y emocional; cuidando y pasando tiempo con ellos y siendo una fuente de información y defensa de sus derechos en la comunidad.
  • Los hermanos desempeñan papeles diferentes según su edad y su relación con los hermanos con autismo. Pueden ser modelos a seguir, profesores, compañeros que juegan o simplemente ser hermanos.
  • Los hermanos son esenciales si asisten a la misma escuela, ya sea en primaria o en secundaria. Si el hermano/a es alumno/a de la escuela secundaria puede ser un "puente" de apoyo para el hermano/a con autismo que viene de la escuela primaria.
La familia extensa también puede ser importante en el proceso de transición. Es importante dialogar con ellos al respecto. Un enfoque abierto y constructivo puede ayudar a toda la familia a tener una relación más feliz, sana y fuerte.

1.5. Interacción entre el estudiante, la familia y la escuela

Tanto en la escuela primaria como en la transición a la escuela secundaria debe haber un plan organizado que tenga en cuenta los diferentes roles de los actores.

La cooperación y la comunicación entre la familia y la escuela son factores importantes para facilitar una transición exitosa de la persona con autismo.

Se ha comprobado que la satisfacción de los padres con la escuela está relacionada con la disposición de la escuela a escucharles y su capacidad para responder a las necesidades del niño (Whitaker, 2007).

Sin embargo, podría existir problemas en la comunicación entre la familia y la escuela. A menudo estos problemas se relacionan con la falta de comprensión del autismo.

Aunque investigaciones anteriores han demostrado la importancia de reconocer la experiencia de los padres y de incorporar sus propias estrategias en la práctica escolar (por ejemplo, Feinberg y Vacca, 2000; Starrt al., 2001), hay pruebas de que las familias suelen quedar al margen de la toma de decisiones educativas (Turnbull et al., 2006), prestándose poca atención a su experiencia.

Un plan adecuado para la transición del alumno debe adaptarse individualmente a cada estudiante con la coordinación entre el estudiante, la familia y la escuela.

2. LA COORDINACIÓN CON OTRAS ASOCIACIONES Y PROFESIONALES ESPECIALIZADOS

Uno de los principales procedimientos para garantizar que el alumnado con autismo reciba el nivel de atención necesario y el seguimiento adecuado antes y durante el proceso de transición es la coordinación entre todos los agentes implicados en los distintos ámbitos de la comunidad.

Este enfoque tendrá éxito si el grupo de coordinación puede trabajar todo el tiempo como un equipo de manera continua. El trabajo conjunto de todas las partes, incluida la familia, es esencial para hacer recomendaciones a: los servicios educativos, la atención médica y otros servicios necesarios para el alumnado con TEA.

Este enfoque es muy valioso para crear un plan de apoyo individualizado con estrategias y metodologías personalizadas con intervenciones coordinadas y evaluaciones continuas para medir con precisión el progreso de un estudiante.

2.1. Redes de apoyo formales e informales en la comunidad

Aprovechar las redes de apoyo de la comunidad es crucial para mejorar la calidad de vida de los estudiantes y sus familias y fomentar su inclusión en la sociedad.

Las personas que son importantes y se implican en el proceso de transición suelen denominarse redes o círculos de apoyo.

La escuela, la familia y todos los profesionales implicados deben aunar esfuerzos con las redes de apoyo naturales para crear las condiciones para que la familia y el niño se sientan incluidos en la escuela y en la comunidad.

Las necesidades, especificidades, objetivos, preferencias y deseos de la familia y del alumno determinarán el tipo de redes de apoyo individualizadas y "a medida" para cada uno.

La familia extensa, las amistades y los vecinos pueden ser piezas clave de las redes de apoyo informales. La mejor manera de crear esta red de apoyo es ayudarles a conocer y comprender las necesidades de los niños con autismo. Esto es especialmente importante en los primeros días tras el diagnóstico.

Es importante que las personas de la red de apoyo entiendan lo que significa el autismo para el niño y la familia. Puede llevar un tiempo entenderlo, y es probable que los familiares y amigos respondan de diversas maneras al diagnóstico y al comportamiento del niño. Algunos pueden estar dispuestos a apoyar al niño y a la familia de inmediato. Otros pueden tardar un poco más en entender cómo pueden ayudar.

El apoyo de la familia extensa es importante porque puede aliviar la tensión de los padres y dar a los niños amor y cariño.

Hay más probabilidades de que el apoyo sea eficaz si los padres establecen una relación estrecha y fiable con la red de apoyo.

Las diferentes redes de comunicación son muy importantes para el proceso:

  • entre las familias y la escuela;
  • entre la escuela primaria y secundaria;
  • dentro de cada escuela;
  • entre los centros de enseñanza secundaria y los organismos externos.

Basta una ruptura importante entre las redes de comunicación para que la transición no tenga éxito.

El apoyo debe ser proporcionado, en un primer momento, por la red social: padres, familia, amigos y vecinos. Sin embargo, la red de apoyo más especializada debe activarse para complementar este apoyo siempre que sea necesario.

2.2. Estrategias de coordinación con profesionales especializados

Los niños con autismo pueden necesitar un apoyo especial además de la enseñanza primaria. Especialistas en psicología, logopedia, terapia ocupacional u otros profesionales han podido brindar su apoyo al niño con necesidades especiales o comorbilidades durante su periodo en la escuela primaria.

La familia y el coordinador de primaria deben establecer contacto con el equipo de dirección y orientación de secundaria o el responsable de esa área para comentar las estrategias que han sido utilizadas con éxito con el alumno hasta el momento.

Por ejemplo, las estrategias utilizadas para controlar rabietas, ansiedad o para detener una crisis de epilepsia.

Será importante saber qué es lo que motiva al niño a aprender para seguir trabajando en ello y saber cómo utilizar un interés especial para involucrarlo en el proceso de aprendizaje en general.

Es beneficios que se establezca una reunión entre los nuevos profesores y profesionales especializados con la familia para conocer determinados comportamientos propios del alumno, así como una lista de palabras o frases clave y exclusivas y con el significado particular que tienen para el alumno, como, por ejemplo: “Mi hijo dice "¿Quieres jugar un poco más?" cuando quiere que terminar una tarea. Repite constantemente la pregunta cuando no la entiende”.

También es importante identificar señales de alarma o advertencia que suelen producirse antes de una crisis y ponerlas en común, así como las estrategias preventivas que han tenido éxito.

Es conveniente hablar de los hábitos de sueño, los medicamentos y las necesidades dietéticas especiales. A menudo los profesionales más especializados que están con el niño pueden ser los primeros en detectar sus dificultades.

2.3. El vínculo entre los profesionales de la salud y la educación en el proceso de transición

Los profesionales implicados en la escuela deben prestar atención al alumnado en general y, en especial, a los que tienen TEA.

A veces se tiene la extraña sensación de que los profesionales de la salud no pertenecen al ámbito de la escuela. Sin embargo, esta concepción debe ser modificada, sobre todo con los alumnos con TEA.

De hecho, la coordinación entre los profesionales de la salud y de la educación en el proceso de transición es clave. Un alto porcentaje de alumnado con TEA presenta comorbilidades relacionadas con el autismo, por ejemplo: epilepsia, TDAH, o discapacidad intelectual. Por tanto, el profesorado, el personal del centro y los alumnos de la escuela secundaria deben ser informados sobre esto para mejorar su transición.

La coordinación con profesionales de la salud mental también ayudará a los equipos de orientación escolares a maximizar los recursos multidisciplinar disponibles para una transición de éxito a la escuela secundaria.

Estas oportunidades de colaboración crean un espacio para que los miembros de varias profesiones contribuyan con sus habilidades sin duplicar esfuerzos.

Una planificación para una transición eficaz requiere la participación activa de todos los miembros del equipo multidisciplinar, incluidos los profesionales de la salud, los profesores y el alumno que necesita la transición.


3. ARTICULACIÓN ENTRE LA ESCUELA PRIMARIA Y LA SECUNDARIA

La transición de la escuela primaria a la secundaria es un momento decisivo en la vida de un niño (Zeedyk et al., 2003). La pérdida de los lugares, las estructuras y las personas conocidas debidas al cambio conlleva temores asociados a lo desconocido y presenta retos considerables. Aunque muchos niños se adaptan bien (Evangelou et al., 2008), otros tienen dificultades, lo que a veces puede tener consecuencias perjudiciales, como la disminución de la autoestima y el descenso del rendimiento académico, junto con el aumento de la ansiedad y la depresión (Ashton, 2008; Galton et al., 2003; West et al., 2010; Zeedyk et al., 2003).

Para que la transición sea exitosa, todos los agentes implicados en este proceso deben pensar, desarrollar y aplicar diversas estrategias. Estas estrategias deben responder a las necesidades y a las principales preocupaciones de los alumnos y de su familia, utilizando sus intereses y puntos fuertes. Deben adaptarse a la realidad de cada alumno y ser fácilmente adaptables a sus diferentes contextos de vida. En este proceso, que abarca tanto a la escuela primaria como a la secundaria, es fundamental que el alumno, la familia y la comunidad escolar de ambos centros se impliquen profundamente para dar respuesta a sus necesidades e inquietudes.


3.1. Estrategias de coordinación que incluyan a todos los agentes del proceso

Para que la transición tenga éxito, es esencial que el proceso de planificación comience pronto, en la escuela primaria, y tenga en cuenta los puntos de vista de la familia, los profesionales/profesorado/la escuela y el alumno con autismo.

Las familias y los alumnos con autismo deben desempeñar un papel fundamental en esta transición. Deben formar parte del proceso de planificación y participar en las diversas reuniones durante la transición.

Un buen plan estratégico para la transición debe ser un enfoque centrado en la persona (PCP), un enfoque holístico que garantice los intereses del alumno. Este plan debe destacar los derechos de los alumnos, sus opiniones, necesidades y deseos en el proceso de transición. Esto es crucial para garantizar que la transición a la escuela secundaria esté bien gestionada, sea personalizada, adecuada y tenga sentido para cada alumno.

  • Para que la transición sea más fluida y exitosa, el plan debe organizarse de forma estructurada.
  • El plan de transición debe dividirse adecuadamente en pequeños pasos alcanzables.
  • El profesional que lidere el proceso, junto con la familia y los profesores de primaria, debe elaborar un plan de transición en el que se detallen los puntos fuertes y las áreas en las que puede ser necesario un apoyo adicional (esto también debe incluir cualquier problema sensorial que experimente el alumno).

Una buena colaboración entre profesores y padres ayudará a desarrollar y aplicar todas las estrategias y metodologías sugeridas en el plan.

Durante el desarrollo de este proceso, que implica la toma de decisiones para la vida de la familia y del niño, es fundamental que todos los interlocutores faciliten y compartan información, presenten alternativas y den hipótesis de elección.

3.2. ¿Cómo deben articularse los centros de primaria y secundaria para mejorar la transición de sus alumnos?

Para mejorar el proceso de transición de la escuela primaria a la secundaria, con el fin de adaptar el nuevo contexto educativo y superar las barreras que impiden una transición satisfactoria, es fundamental desarrollar intervenciones que modifiquen el entorno escolar.

La transición entre escuelas debe respetar el desarrollo de los niños/alumnos, para que la escuela primaria sea y sirva de base para el desarrollo de los alumnos en los ciclos siguientes (Melo, 2009).

Hay aspectos fundamentales cuando se habla de transición escolar: la adaptación social e institucional, la adaptación a nuevos horarios y espacio escolar; la continuidad con el currículo entre la escuela primaria y la secundaria; el desarrollo del niño; el tipo de transición; la construcción de puentes y la minimización de barreras (Evangelou et al. (2008).

Para garantizar estos aspectos fundamentales:

Es fundamental que todos los agentes sociales (familia, alumnos, profesores de primaria y secundaria y otros) trabajen juntos para garantizar una transición fluida para el alumno.

Las transiciones deben planificarse con suficiente antelación: esto puede significar que la primera reunión formal de planificación con el centro de Secundaria tenga lugar en el centro de Primaria; por ejemplo: ambos centros deben intercambiar visiones generales sobre sus planes de estudio y prácticas pedagógicas.

Establecer un protocolo de transición que incluya un proceso de evaluación. El protocolo puede actualizarse fácilmente después de la evaluación por parte de los alumnos, los padres y los profesores.

Los profesionales que lideran el proceso de transición a la escuela secundaria, junto con la familia y los profesores de la escuela primaria, deben elaborar un plan de transición en el que se detallen los puntos fuertes y las áreas en las que puede ser necesario un apoyo adicional.

Asegurarse de que el plan de transición se divide adecuadamente en pasos pequeños y alcanzables.

Establecer un calendario o cronograma de transición que, en caso de necesidad, pueda reajustarse.

Reuniones entre el profesorado de los dos centros con la participación de los profesores de educación especial antes y durante la transición para transmitir información sobre las características específicas de los alumnos y sus dificultades, el enfoque curricular y otras cuestiones importantes.

Ambas escuelas deberían articular y organizar visitas adicionales o diversas actividades en las que participen alumnos, padres, profesores y personal de ambas escuelas.

Para una transición cálida, positiva y exitosa, las estrategias deben ser pensadas y planificadas involucrando lo mejor posible a todos los agentes fundamentales de esta transición: los alumnos, sus familias y la comunidad escolar de primaria y secundaria (otros alumnos, profesores, profesores de educación especial, dirección del centro, psicólogos y otros terapeutas, etc.).


3.3. Estrategias para preparar la transición de la escuela primaria

Por lo tanto, comprender los factores clave que subyacen en una transición escolar exitosa a nivel del niño, pero también dentro del contexto más amplio de los entornos familiar y escolar es de considerable importancia, especialmente para los niños que corren el riesgo de tener experiencias de transición negativas (Chung et al., 1998).

¿Cómo puede la escuela primaria y secundaria ayudar a crear previsibilidad y facilitar la transición a la nueva escuela?

Escuela primaria:

El profesorado y alumnado de primaria desarrollarán proyectos para apuntar la transición a la escuela secundaria.

Los profesores de primaria pueden llevar a los alumnos a comer a la cafetería/comedor del instituto o a la biblioteca para que se familiaricen con el entorno.

Los profesores de primaria pueden escribir una historia social sobre la transición de la escuela primaria a la secundaria. Destacar las mayores diferencias y cambios entre los dos colegios para evitar la ansiedad de los niños.

Los profesores de primaria pueden adaptar el entorno de la escuela primaria para reflejar los cambios en la escuela secundaria.

Escuela secundaria:

Organizar una visita al edificio y a las aulas para los alumnos de primaria y su familia.

Proporcionar un plano de la nueva escuela y etiquetar las salas pertinentes.

Proporcionar fotos de áreas relevantes (por ejemplo: patio de recreo, aula, comedor, biblioteca, etc.) y de los profesores y el personal de la escuela que serán relevantes / importantes para el estudiante.

Proporcionar una lista de las rutinas escolares que el alumno cumplirá.

Garantizar que la comunidad de la escuela secundaria conozca los puntos fuertes, las necesidades y los intereses del alumno.

Preparar un folleto informativo sobre la nueva escuela, que contenga el número de teléfono, la historia de la escuela, los horarios, los profesores, el servicio de comidas y otra información importante.

Organizar una reunión dirigida a los padres/tutores para que sean conscientes de su importancia en el apoyo a la transición.

Dar información a las familias, sobre:

    • principales derechos y deberes de los estudiantes y de los padres/tutores.
    • su papel fundamental en la trayectoria escolar de los alumnos y las actitudes que deben adoptarse a lo largo del año.
    • servicios escolares.

 

Medidas que promueven el éxito escolar:

    • importancia de una buena nutrición.
    • horas de sueño según la edad de los niños.
    • charlas diarias sobre la vida escolar.
    • tiempo para estudiar vs tiempo de ocio.
    • tareas y/o problemas de comportamiento.
    • comprobar el material para el día siguiente

Primaria y secundaria juntas:

Los profesores y alumnos de secundaria pueden organizar visitas a la escuela primaria para iniciar contactos personales y presentar las características de la futura escuela.

La escuela secundaria puede invitar a los alumnos de primaria y a las familias a participar en las actividades escolares.

Los profesores y alumnos de la escuela primaria pueden visitar la futura escuela, con la participación en algunas actividades.

Los alumnos de primaria pueden participar en algunas actividades extraescolares del nuevo centro.

Los profesores pueden promover el intercambio de cartas/comunicación entre los alumnos de ambos centros.

La familia debe participar en los proyectos de transición entre las escuelas:

Visitar la escuela al menos una vez con el niño antes de que empiece.

Crear un libro de fotos con información proporcionada por la escuela (áreas escolares relevantes, profesores y personal de la escuela). Este libro puede entregarse antes de empezar en la escuela.

Planificar una transición gradual para el comienzo de la escuela (por ejemplo, unas horas al día).

Planificar varias reuniones para compartir información sobre los proyectos de transición escolar y todas las actividades relacionadas con estos proyectos.

¿Qué estrategias pueden utilizar todos los agentes para mejorar la transición?

Utilizar apoyos visuales:

Los apoyos visuales pueden ayudar al alumno a entender lo que va a ocurrir con la transición y reforzar la comunicación verbal. Es importante utilizar un lenguaje claro y dar al alumno tiempo para procesar lo que se le dice. Estos apoyos visuales deben ser similares en los diferentes contextos de la vida del alumno.

La familiarización con el nuevo entorno escolar y las rutinas mediante apoyos visuales puede facilitar la transición a la nueva escuela.

Es una buena medida implementar medios de comunicación que ayuden a los estudiantes con TEA a expresar sus necesidades.

 

Establecer una comunicación eficaz:

Compartir información con toda la comunidad escolar sobre las necesidades, gustos, capacidades y dificultades de los alumnos.

 

Utiliza las historias sociales:

Las historias sociales son breves descripciones de una situación, un acontecimiento o una actividad concreta, que incluyen información específica sobre lo que cabe esperar en esa situación y por qué. Se puede crear una historia social para ayudar a los niños a saber qué deben esperar en su nueva escuela.

 

Configurar la situación actual con vistas a un futuro:

La actual escuela del alumno deberá organizar de manera individual o en grupo actividades en el plan de estudios para facilitar el proceso.

Contar con un coordinador de transición puede ayudar a preparar un plan de transición, sugerir estrategias y coordinar toda la intervención.

3.4. Estrategias para una acogida cálida y positiva de los nuevos alumnos en la escuela secundaria

Es muy importante que toda la comunidad escolar (profesorado, técnicos, personal, alumnado) entienda el beneficio de la inclusión de las personas con autismo.

Si el director tiene un buen conocimiento del autismo y una actitud positiva hacia la inclusión de las personas con TEA, promoverá una cálida bienvenida a los nuevos alumnos y su ejemplo fomentará la participación de toda la población escolar.

 

Qué debe hacer el centro de enseñanza secundaria cuando el nuevo alumno comienza a estudiar

Cuando un niño empieza en una nueva escuela, además de la información recibida previamente, es importante que todas las personas implicadas en el proceso de transición trabajen juntas.

Identificación de líderes, adultos y estudiantes, para ayudar en el proceso de transición mediante la creación de un equipo de "embajadores de bienvenida".

    • Los alumnos de primaria son recibidos por el director y los profesores y se les informa de las normas y el funcionamiento de los servicios, los horarios y otras cuestiones importantes.
    • Una visita guiada a las instalaciones acompañados de sus compañeros.
    • Aprovechar las tutorías de otros estudiantes para fomentar las relaciones entre compañeros de años anteriores.
    • Implicar a la Asociación de Padres en la bienvenida a las familias (alumnos y padres/tutores) junto con el personal del centro.
    • Crear grupos de trabajo que impliquen a las familias en la toma de decisiones para la mejora de la escuela.
    • Informar a la familia sobre los recursos y actores disponibles en la comunidad escolar y en la comunidad en general.
    • Sensibilizar y proporcionar conocimientos sobre el autismo a profesores, tutores y técnicos.
    • Impartir formación específica a los profesores y al resto del personal del centro, con el fin de proporcionar instrumentos que les ayuden a trabajar con cada alumno con autismo según su perfil.
    • Crear un servicio de apoyo y un espacio seguro para que el alumno con autismo pueda relajarse cuando lo necesite.
    • Proporcionar al alumno y a su familia un horario/programa claro y codificado por colores. Tendrán la oportunidad de discutir las actividades diarias evitando que aumente la ansiedad.

 

Estrategias adicionales que pueden ser útiles

Identificar, evaluar y centrarse en las habilidades del alumno y en las áreas en las que se necesitará apoyo en clase.

Implicar a la familia en el desarrollo y la aplicación de un enfoque de aprendizaje conjunto en casa y en la escuela.

Pedir a la familia que dé información sobre cómo tratar cualquier comportamiento u obsesión específica. Si se han utilizado previamente apoyos visuales como el PECS (Sistema de Comunicación por Intercambio de Imágenes) o el MAKATON, podría ser necesario disponer de ellos en la escuela.

Cuando ciertos conceptos, como el del tiempo, resultan difíciles para los alumnos, éstos pueden beneficiarse de indicaciones visuales explícitas que les ayuden a organizar el progreso del día y a gestionar su tiempo. Por ejemplo, los profesores pueden:

    • Hacer un recordatorio verbal o hacer una cuenta atrás
    • Incorporar un temporizador a una tarea o utilizar un reloj.

Los alumnos con autismo pueden tener problemas sensoriales complejos en relación con los olores, los ruidos y las luces. Las escuelas deberían realizar ajustes para ayudar a los estudiantes a sentirse más cómodos, por ejemplo, permitiéndoles:

    • Utilizar olores que les tranquilicen y familiares cerca de ellos,
    • Utilizar gafas de sol o tapones cuando sean sensibles a las luces brillantes o al ruido,
    • Entrar en una zona (por ejemplo, el comedor) para ayudar a los alumnos a soportar los ruidos fuertes.

 

¿Qué puede hacer la familia cuando el alumno forma parte de la escuela secundaria?

Darle objetos familiares para que se sienta más seguro.

El uso de soportes visuales para crear un calendario visual puede ayudar al niño a entender lo que está sucediendo.

Recompensar al alumno por haberse adaptado a una nueva rutina.

Mantener contacto regular con el personal que trabaja con el niño para saber cómo progresa. Si se observa que la escuela no lo está tratando adecuadamente, debería ponerlo en conocimiento del personal y concertar una reunión.

Participar en el desarrollo de actividades o proyectos escolares según la disponibilidad de la familia.


3.5. Ejemplos de buenas prácticas para una transición exitosa

La comunidad escolar debe ser un agente que acepte, comprenda y reconozca los puntos fuertes que los alumnos con TEA pueden aportar a la sociedad. Su acción repercute en el futuro de una comunidad que fomente la comprensión y aceptación.

Por lo tanto, es esencial definir y desarrollar un plan de acción sobre la inclusión de los alumnos con autismo con objetivos y estrategias claras que impliquen a la comunidad escolar. Este plan debe ser desarrollado por personas que asuman un papel de liderazgo dentro de la escuela.

Estos líderes (estudiantes, profesores, ...) deben proporcionar información sobre el autismo a toda la escuela; proporcionar debates y diálogos sobre el tema, y dar ejemplo, dedicando su tiempo a apoyar a los niños con autismo.

Pueden promover y desarrollar sus habilidades blandas en diferentes momentos y contextos de la escuela: en el patio, a la hora del almuerzo o en el aula.

También pueden hacer que otros alumnos y profesores inviten a los nuevos estudiantes a formar parte de un grupo musical, un coro o una obra de teatro.

A veces, llamar al nuevo alumno por su nombre, sonreírle o simplemente despedirse de él puede fomentar su inclusión.

4. REFERENCIAS

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