Absentismo - Módulo 4
1. RAZONES PRINCIPALES
1.5. Cómo mantener una buena relación con la familia
Cuando un joven evita o se niega a asistir a la escuela, la escena en casa puede ser de infelicidad para todos los implicados. Los padres/cuidadores suelen estar desesperados y pueden sentirse culpables o culparse a sí mismos por la ansiedad y la reticencia de su hijo a asistir a la escuela.
La participación positiva y constructiva de la familia es un factor clave para superar las situaciones de absentismo.
Contacto temprano con la familia para hablar de la reticencia del alumno con TEA a asistir a clase y de los factores que contribuyen a ello, según la percepción de la familia.
Desarrollar el conocimiento de los apoyos y recursos que los miembros de la familia podrían utilizar para ayudar a resolver los problemas relevantes de la ansiedad de los niños con TEA.
Estar preparado para reunirse con la familia en un territorio neutral o en casa cuando haya problemas familiares con la escuela.
Debe identificarse una persona clave o de referencia dentro de la escuela con la que la familia pueda ponerse en contacto. Es importante que esta persona sea alguien que conozca al joven y pueda responder a las llamadas telefónicas con relativa rapidez.
Contacto telefónico regular con la escuela con fines de seguimiento, para proporcionar actualizaciones y para intercambiar información positiva sobre el joven.
Comunicar las necesidades y preocupaciones específicas del joven, por ejemplo: la ubicación en determinadas clases, la disposición de los asientos, la ansiedad por determinadas clases o profesores.
Persistir en los objetivos acordados, a pesar de los contratiempos, en lugar de buscar continuamente "nuevas soluciones".
Estar preparados para las dificultades o la persistencia de los problemas después de los “descansos naturales”, como, por ejemplo: después de vacaciones o de un período en el que se ha encontrado malo.
Centrarse en los aspectos positivos de la vida escolar y fomentar todos los pequeños pasos hacia un progreso positivo.
Animar a los padres/cuidadores a preguntar qué ha ido bien en lugar de qué ha ido mal en la escuela cada día.
Hay que animar a los padres/cuidadores a que permitan a la escuela ocuparse de los problemas que surjan en ella.
Los padres/cuidadores y el personal deben recordar que algunos jóvenes pueden tener temores específicos sobre el entorno escolar que no se dan en otros ámbitos de su vida.
Animar a los padres/cuidadores a utilizar otros apoyos que puedan tener en la comunidad, por ejemplo: otros miembros de la familia, amigos, vecinos, etc.
Los programas de reinserción deben ser flexibles, creativos e individualizados para adaptarse a cada joven en particular.
La reintegración debe llevarse a cabo a un ritmo adecuado; es importante no esperar demasiado y ni tampoco una intervención demasiado temprana.
Todos los que trabajan con el joven deben ofrecer un enfoque coherente y unido