Estrategias de coordinación - Módulo 5

3. ARTICULACIÓN ENTRE LA ESCUELA PRIMARIA Y LA SECUNDARIA

3.4. Estrategias para una acogida cálida y positiva de los nuevos alumnos en la escuela secundaria

Es muy importante que toda la comunidad escolar (profesorado, técnicos, personal, alumnado) entienda el beneficio de la inclusión de las personas con autismo.

Si el director tiene un buen conocimiento del autismo y una actitud positiva hacia la inclusión de las personas con TEA, promoverá una cálida bienvenida a los nuevos alumnos y su ejemplo fomentará la participación de toda la población escolar.

 

Qué debe hacer el centro de enseñanza secundaria cuando el nuevo alumno comienza a estudiar

Cuando un niño empieza en una nueva escuela, además de la información recibida previamente, es importante que todas las personas implicadas en el proceso de transición trabajen juntas.

Identificación de líderes, adultos y estudiantes, para ayudar en el proceso de transición mediante la creación de un equipo de "embajadores de bienvenida".

    • Los alumnos de primaria son recibidos por el director y los profesores y se les informa de las normas y el funcionamiento de los servicios, los horarios y otras cuestiones importantes.
    • Una visita guiada a las instalaciones acompañados de sus compañeros.
    • Aprovechar las tutorías de otros estudiantes para fomentar las relaciones entre compañeros de años anteriores.
    • Implicar a la Asociación de Padres en la bienvenida a las familias (alumnos y padres/tutores) junto con el personal del centro.
    • Crear grupos de trabajo que impliquen a las familias en la toma de decisiones para la mejora de la escuela.
    • Informar a la familia sobre los recursos y actores disponibles en la comunidad escolar y en la comunidad en general.
    • Sensibilizar y proporcionar conocimientos sobre el autismo a profesores, tutores y técnicos.
    • Impartir formación específica a los profesores y al resto del personal del centro, con el fin de proporcionar instrumentos que les ayuden a trabajar con cada alumno con autismo según su perfil.
    • Crear un servicio de apoyo y un espacio seguro para que el alumno con autismo pueda relajarse cuando lo necesite.
    • Proporcionar al alumno y a su familia un horario/programa claro y codificado por colores. Tendrán la oportunidad de discutir las actividades diarias evitando que aumente la ansiedad.

 

Estrategias adicionales que pueden ser útiles

Identificar, evaluar y centrarse en las habilidades del alumno y en las áreas en las que se necesitará apoyo en clase.

Implicar a la familia en el desarrollo y la aplicación de un enfoque de aprendizaje conjunto en casa y en la escuela.

Pedir a la familia que dé información sobre cómo tratar cualquier comportamiento u obsesión específica. Si se han utilizado previamente apoyos visuales como el PECS (Sistema de Comunicación por Intercambio de Imágenes) o el MAKATON, podría ser necesario disponer de ellos en la escuela.

Cuando ciertos conceptos, como el del tiempo, resultan difíciles para los alumnos, éstos pueden beneficiarse de indicaciones visuales explícitas que les ayuden a organizar el progreso del día y a gestionar su tiempo. Por ejemplo, los profesores pueden:

    • Hacer un recordatorio verbal o hacer una cuenta atrás
    • Incorporar un temporizador a una tarea o utilizar un reloj.

Los alumnos con autismo pueden tener problemas sensoriales complejos en relación con los olores, los ruidos y las luces. Las escuelas deberían realizar ajustes para ayudar a los estudiantes a sentirse más cómodos, por ejemplo, permitiéndoles:

    • Utilizar olores que les tranquilicen y familiares cerca de ellos,
    • Utilizar gafas de sol o tapones cuando sean sensibles a las luces brillantes o al ruido,
    • Entrar en una zona (por ejemplo, el comedor) para ayudar a los alumnos a soportar los ruidos fuertes.

 

¿Qué puede hacer la familia cuando el alumno forma parte de la escuela secundaria?

Darle objetos familiares para que se sienta más seguro.

El uso de soportes visuales para crear un calendario visual puede ayudar al niño a entender lo que está sucediendo.

Recompensar al alumno por haberse adaptado a una nueva rutina.

Mantener contacto regular con el personal que trabaja con el niño para saber cómo progresa. Si se observa que la escuela no lo está tratando adecuadamente, debería ponerlo en conocimiento del personal y concertar una reunión.

Participar en el desarrollo de actividades o proyectos escolares según la disponibilidad de la familia.